martes, 3 de noviembre de 2015

Amor










Me canse de los falsos amores, de los te quiero incompletos y de las falsas promesas.
El amor nació puro, el humano lo convirtió sombrío.
Nació siendo luz, pero el humano enloqueció de poder, de furia, de celos y una parte de  él quedo opaca y sin color.
Nos convencimos que tenemos que sufrir para poder disfrutar lo bueno.
No tenía que ser así.
Carente de coherencia, el humano se convenció poco a poco, que después de la tormenta viene el arcoíris, porque sin lluvia no sale este resplandor de luz multicolor.
Falta de visión.
El arcoíris sale con el mínimo roció de agua a contra luz. Y el agua no precisamente viene de una tormenta furiosa.
Puede venir de un tempestuoso lago entre las montañas o  del revote de las olas del mar en la arena. Incluso, de la tranquila ducha por las mañanas.
El amor no tiene que doler, pero el humano se convenció, que el amor duele.
Pero no. No es así.
Me canse de suplicar de rodillas con plegarias a seres que sientes más cercanos que las propias personas a tu alrededor.
El amor no es algo que se pide, se suplica o se ruega.
El amor, es amor y punto.
Si se tiene que pedir, no lo es.
Cuantas lágrimas se derraman al año por esta falsa definición que se tiene del mismo.
Y después, poco a poco, simplemente el ser humano se reúsa a volver a sentir amor y le da alexitimia en el corazón.
Me canse de preguntarme si realmente alguien, alguna vez, sentirá ese mismo amor que el corazón sintió.
Si alguien es capaz de jugársela por el alma atrapado del cuerpo que seguramente, se la jugaría por ese ser.
Basura poética cuando se habla fanfarronerías del amor y no es capaz de entregarlo, si no es capaz de entregarse al desnudo y no precisamente físicamente.
Desnudarse delante de alguien, va más allá a lo reducido de quitarse la ropa delante de ojos ajenos a los tuyos.
Desnudarse realmente no se limita a solo prendas en el suelo.
Se refiere a ser quien eres.
Ilustrando tus sueños en los oídos, en los ojos o en las manos de otra persona.
Mostrar la basura que te atormenta. Tus miedos, tu pasado, tu presente y lo peor de ti.
Reír alegre, reír molesto, reír sarcástico, reír llorando, reír nervioso, incluso reír desganado.
Llorar destrozado, llorar emocionado, llorar furioso, llorar de alegría, llorar y no saber porque.
Lo mejor, lo peor y lo que sueles esconder de ti.
Desnudarte es algo tan complejo, hermoso y atemorizante.
Seguramente y viéndolo desde un punto más arquitectónico, el amor se pudiera comparar con realizar una catedral.
Sin embargo, no todas son tan tempestuosas y no por eso les quita lo hermoso.
Me refiero desde el punto, de que cada quien construye su propia catedral a su gusto, medida y tiempo que desee emplear.
Las más fuertes, duraran tanto tiempo en construirse, que probablemente no se viviría para poder ver el trabajo ya culminado, por fin terminado.
Las menos fuertes, probablemente se reduzcan a ser templos que pronto se podrían ver el comienzo como el mismo fin de la construcción.
Lo malo es, cuando se tiene la visión de realizar la más fuerte y hermosa de las catedrales justo en el centro junto a la persona que solo planea construir una capilla a lo lejos del horizonte para resguardar su amor.
Algo no encaja y con justa razón.
Con el tiempo, te das cuenta o en los peores de los casos decides padecer una falsa ciegues.
Vuelves, no vuelves y te das cuenta que de nuevo eres tú, quien está poniendo toda su disposición ante alguien que se queda de brazos cruzados esperando a que vuelvas después de que fuiste tú quien construyo lo mejor para sí.
El peor error del ser humano es quedarse de brazos cruzados cuando sin duda, fue quien cometió el error.
¿Cómo quieres que una mariposa venga al jardín si este esta tan descuidado?
¿Cómo quieres que la semilla florezca, si no te esfuerzas en siquiera regarla?
El amor es algo que se cuida.
No es algo que se olvida.
Es algo que necesita de tu constancia.
El humano recibe el amor que cree merecer.
Por eso, cada que te sientas incompleto por alguien, no es ese alguien, eres tú y tienes que afrontarte.
Amarte, aceptarte y ser feliz por quien eres.
El amor no es convertirse en el prospecto perfecto de alguien. Si no, en ser l prospecto perfecto de ti mismo, ese que tu niño del pasado desearía ser.
Y al ser el prospecto perfecto de ti.
Ante los ojos de alguien más, serás eso mismo.
Las catedrales más famosas no tienen firma, quedaron en anónimo. Sin embargo, embellecieron la ciudad.
Y se tiene una franqueza, de que ninguna seria construida o repetida jamás.
Pues sería un trabajo de toda una vida.
Si se sabe construir el amor vestido de catedral, jamás nadie igualara la fuerza, el entalle y la dedicación que le empleaste.
Y si lo haces realmente bien…
Dejaras una huella imborrable que otros podrán apreciar en un futuro.
Y jamás a nadie se le olvidara que estuviste ahí. 

lunes, 7 de septiembre de 2015

PARA DARNOS CUENTA...










Lo tuyo es fantasmal.
Voy por ahí aun con el fantasma de tus recuerdos.
Cariño, pero si lo teníamos todo ¿cierto?
Aún tengo una memoria táctil de tus ojos al anochecer, tus manos tan frías recobrando calor sobre las mías.
Si, aun tengo una memoria táctil y sutil de las palabras que siempre me decías.
Perversamente dichas para nunca poderlas olvidar…
Tú y yo bailamos sin música, únicamente al compás de la luna, la noche y tus ojos.
Y tu aun vas caminando por las calles pensando que ya te olvide, que tú y yo ya no.
Y yo aún voy en la calle divagando un poco, sintiéndome rotamente tuya. Queriendo cruzar la calle y al dar vuelta en la primer esquina toparme con tu piel y decirte todo aquello que mi corazón por miedo se guardó.
Lo tuyo es tan fantasmal que incluso me asusta mirar a nuestros recuerdos. Pues tu recuerdo me asusta, pues ya no tenemos lo que éramos.
Ahora reímos al compás de otras risas, conversamos con otras voces, somos escuchados por otros oídos y muchas otras veces abrazados desde las extremidades de otros brazos.
¿Pero qué paso? ¿Ya no bailaremos una vez más? ¿Ya  no trepare lo ancho y largo de tus zapatos como una niña con su papá balanceándome de un lado a otro intentando olvidar un poco todo?
Ya no sé si es valentía o cobardía.
Nuestro amor nació para estar en las pantallas grandes de cine. Para ser recordado, para darle replay, porque había muchas cosas que valían la pena volverlas a repetir.
Donde antes había puentes hechos para abrazarnos una vez más, hoy solo existen barreras para no vernos más.
El mundo estaba hecho a nuestra medida. Cada calle, cada puente, cada parque, cada desnivel, cada semáforo. El mundo estaba hecho a nuestra medida.
Se había hecho específicamente para ir tomados de la mano, teniendo una buena o mala conversación.
Sobre todo, sobre nada, quizás sobre el perro que solitario jugaba con una botella en la calle.
¿Y nosotros? ¿Estábamos a la medida?
Cuantas veces nos perdimos en la sonrisa del otro y como olvidar esas otras veces en las que perdíamos la sonrisa si no, nos veíamos.
Cuantas veces dormíamos para seguir estando juntos en nuestros sueños y como olvidar cuantas veces despertamos ya con un mensaje del otro.
Cuantas enfermedades no pasamos juntos, sí. Como olvidar cada té para tranquilizar la gripa del frágil cuerpo del amado, cuantas comidas preparadas para subir las defensas y cuantos piojitos murieron en nuestras manos al tocar tiernamente el cabello del otro.
A veces desgastamos un poco la frase: Te amo. Pero que va, fue música celestial para nuestros oídos.
Cuantas veces fuimos cómplices de piel y cuantas veces fuimos cómplices de nuestro palpitante corazón.
Ahora la realidad está algo torcida.
El sol se pregunta dónde quedaron esos dos locos rondando por las calles, la luna se cuestiona dónde están esos dementes mirándose a los ojos y el aire por supuesto extraña nuestra esencia.
Y yo me pregunto.
¿En dónde quedamos nosotros?
¿En el amor, en el recuerdo, en el ego o en la agonía?
Y ahora que sigue.
Fingir que ya no estamos caminado por las calles donde claramente ya estuvimos de la mano.
Fingir que en cada una de las casas del otro, razonan el eco de las risas de bromas absurdas.
Fingir que no recordamos los pequeños detalles que hacían la diferencia de entre la demás gente.
Esto es un cuchillo que apuñala el alma de apoco. Cada rincón me recuerda que hubo un nosotros.
Y se vuelve más complicado cuando se cruza la calle donde me robaste aquel beso y fingir que nada paso, seguir caminando como si el recuerdo no te señalara un tanto burlesco.
O aquella calle donde corriste la primera vez que arrancaste una flor para mí.
Es verdad que la vida sigue su curso. Pero para alguien que amo tanto, la vida se detiene en cada rincón donde hubo un nosotros.
Y no por masoquismo, sino, porque el recuerdo pesa hasta las trancas.
No diré que asimilo que lo teníamos todo.
Asimilo que quizás ya nunca lo volveremos a tener.
Que quizás tú sigues bailando conmigo en tus zapatos en tus sueños y yo sigo estando sobre tus zapatos en los míos. Y en realidad seguimos bailando juntos, pero somos demasiado ciegos para darnos cuenta…

jueves, 13 de agosto de 2015

TIENE QUE SER..









Todos creen que el amor es algo fácil, concreto.
Sin embargo, no lo es.
Es algo aun, más profundo, que si te llega realmente, no lo puedes sacar de ti ni un segundo.
No cuando realmente lo sientes verdadero.
No cuando realmente toco no solo tu corazón, si no tu alma entera.
Cuando se está tanto tiempo que alguien y compartes una infinidad de momentos con esa persona, es casi imposible poder olvidarlo.
No cuando tienen una bella colección de recuerdos.
No cuando pusiste tú alma en ello o al menos invertiste tú tiempo, tú persona al permitir vivir tantas cosas con ese ser especial.
El peor error del ser humano es, quererse sacar de la mente lo que no ha salido del corazón.
Eso es un error fatal.
Tratas de convencerte que ya no está más
te convences incluso que todo estará bien
Incluso, inviertes tu alma a sobre llevar ese pequeño duelo sin muerte.
Tratando de salir a delante, convenciéndote que puedes recuperar la mitad de persona que quedo contigo, pues la otra mitad se la quedo con aquel ser divino.
Y empiezas.
Empiezas por despertarte por las mañanas obligándote a no pensarlo más, obligándote a no revisar tú móvil esperando ver un mensaje suyo.
Después te levantas, caminas dirigiéndote a tomar una ducha, preparándote mentalmente a obligarte a no pensarlo mientas el agua recorre tu cuerpo desnudo.
Sales, creyéndote triunfador al pensar que lo has logrado.
Cuando en realidad, en lo único que pensabas era en no pensarlo, y al pensar en no pensarlo lo pensaste.
Iluso/a, lo describiría yo.
Caminas hacia la puerta, quizás miraste a tu alrededor para revisar si tu casa estaba en orden, si no dejaste la estufaba prendida o algún objeto eléctrico conectado, pues temes pase una catástrofe al salir de casa.
Te percatas que todo está en perfectas condiciones, sin embargo, olvidas que la única gran catástrofe, lo único mal que olvidaste de revisar, eres tú mismo.
Y sales.
Tomas el primer bus que llega, colocas tus oraculares, un derecho un izquierdo.
Y te dedicas a mirar por la ventana.
La música te recuerda un sinfín de cosas crueles y tan felices a la vez.
Que lo único que esperas, es mirar justo por el cristal y ver a esa figurilla que tan bien conoces, caminando por las calles.
Pero no está. Solo lo imaginas y eso en cierto modo, duele.
En las entrañas y en el hueso.
Justo en el tuétano del corazón. Pero finges estar bien y cambias la canción.
No amigo mío.
El amor es algo que no se olvida, no cuando te hizo sentir tantas cosas.
Estoy de acuerdo, que aún no he muerto como dijeron alguna vez mis allegados.
Por amor no se muere, pero puedes incluso sentir, que así lo fuera.
Buscas su rostro en otras caras
Su aroma en otras pieles.
Incluso tratas de oír su risa en otros labios.
Pero es imposible.
Su presencia  es difana en tu entorno, y su ausencia a veces un poco fugaz.
No esta físicamente, pero está justo en la mente.
No todo el tiempo lo piensas, claro está.
No cada segundo o minuto del día, sin embargo, en el transcurso del día lo piensas.
No todo el tiempo, pero vaya que lo haces.
Y te das cuenta que no.
Aun no estas lista/o para entregarlo todo nuevamente, pues fue devastador la última vez que lo hiciste.
Intentas retroceder para poder llegar al punto donde empezó todo y poder darte cuenta, en que momento fue en el que te perdiste.
La verdad es, que es inútil.
Estoy de acuerdo en que puedas llegar a enamorarte nuevamente, cabe la posibilidad de que puedas llegar hacerlo.
Es solo que para que puedas llegar hacerlo tienes que tomar tu tiempo.
Físicamente no estarás herido, pero tu ser espiritual tiene muchas llagas y heridas abiertas
algunas aún se encuentran sangrando, otras cicatrizando…
Pero creme amigo mío. Ninguna herida sana sin dejar cicatriz.
Así que toma su tiempo, poderlo hacerlo.
Pues recuerda que si fuiste aquel, que entrego todo, a tal punto de entregar la mitad de sí mismo
tardaras un poco más en poder recuperarte.
Pues la mitad de ti mismo, sigue allá
Justo donde pensaste que se iba a quedar.
Y recuperar la mitad de algo que esta tan lejos, es difícil más no imposible.
No digo que no se puede volver a enamorar.
Es solo que tu ser quedara tan derrumbado, que tristemente querrá en automático, tomar precauciones, medidas y construir barreras.
Una tras la otra, con enjambre y fuertes muros.
No amigo mío.
Olvidar algo que duro tanto, no es como tomarse una taza de café.
Y  de nada sirve haber sacado algo, que del corazón no puse un pie fuera.
El amor es así.
Confuso, dramático, doloroso, intrigante
pero vaya que es hermoso.
Así que si, bendito sea aquel, que sufre por amor.
Bendito sea aquel que lo tenga.
Y bendito sea aquel, que guarde uno, como su mayor tesoro.
Porque el amor es así.
Un fuerte golpe de aleluya, cantado por ángel y arcángeles.
Que aunque algunas veces te hagan sentir que tocas las llamas del mismo infierno.
En realidad, solo estas a un paso del cielo.
No maldigo aquellos amores que han tocado mi vida.
Tampoco aquellos que se fueron de ella.
Porque de no haber sonreído bajo su cielo, quizás seguiría recostada en la tierra.
El amor no es algo que se olvide o se supere.
El amor es algo que se guarda para uno mismo.
Y si tienes la suerte.
El amor es algo que compartes a lado de alguien más.
Ojala no sea la mitad o el complemento de lo que tú eres.
Ojala sea todo aquello que creías no existía.

El amor no es algo que se olvide o se supere.
El amor es algo que se guarda para uno mismo.
Tiene que ser…

domingo, 9 de agosto de 2015

HAY DOLORES













Y hay dolores que llevamos dentro, quizás por cobardes, por no quererlos sacar.
Y hay dolores muy profundos, que nos causan miedo, que nos causan cansancio.
Hay dolores que los llevamos en el hueso, en el alma, en las entrañas
que nos causan temor, que nos causan intriga.
Hay dolores muy profundos, muy secretos, muy nuestros
que no contamos, que no hablamos, solo pensamos.
Hay dolores que se olvidaron que están justo ahí, hasta que te das cuenta que jamás se fueron.
Esos son los más peligrosos.
Aquellos dolores que por más que lo intentamos, no los sacamos
Y se quedan anclados a ti.
Se ponen cómodos en un rincón, le salen telarañas, se empolvan
pero justo cuando crees que todo está bien, por primera vez, florecen, justo como lo hacen las margaritas, cuando menos te das cuenta ya se hizo un campo de ellas.
Los dolores son perfectamente humanos, nos hacen recordarnos lo miserables que somos
que no somos los reyes, lo sacerdotes, o los gobernantes del mundo
Los dolores nos vuelven salvajes, cavernícolas
Nos vuelven lo que realmente somos.
Nosotros mismos. Si, imperfectos.
Y te das cuenta que no todo es re confortante.
Somos un sentimiento que llevamos en las entrañas, que nos convierte en fantasmas
divagando en la mente, pues los dolores más profundos, ni con pinturas se pueden interpretar.
Gente muriendo lentamente caminando por las calles, gente triste leyendo libros en un café, gente desanimada fumando cigarrillos, gente que es cobarde y nunca lo dice.
Todos, en cierto punto, lo hemos sido o somos.
Vamos por ahí, llendo despacio por la vida, fingiendo que somos un Dios
que todo está bien, que tenemos el mundo bajo nuestro poder, dominantes
sonriéndose a la gente hipócritamente, hablando bien de los demás solo por encajar.
Basura, todo es basura si lo vez desde otro punto
menos poético, más realista.
La gente va tranquila,  fingiendo no tener miedo
Miedo a ser lastimados nuevamente, miedo al fracaso, miedo a no encajar.
Por eso hay más gente triste, que feliz.
Pues el mundo se volvió una etiqueta.
Y es por eso que guardamos los dolores muy dentro, por simple miedo a la etiqueta.
Quieres llorar, llora.
Quieres reír, ríe.
Quieres maldecir, maldice.
Quieres bendecir, bendice.
Quieres gritar, grita.
Pero hazlo.
La etiqueta es sola la basura que la gente invento para encajar en un mundo, que deliberadamente se había creado, originalmente para ser libre.
Los dolores son peldaños en las vidas de los humanos.
Rupturas, fracasos, desamores, muertes.
Los dolores son parte de nosotros, pero no tan parte.
Y es insoportable llevarlos dentro.
Tenemos la alama llena de luz cuando nacemos y solo con la misma convivencia en el lapso del camino se va haciendo más opaca.
Tenemos el alma llena de luz. Pero la vida no podía ser, solo luz.
Tenía que existir la oscuridad.
Y en esa oscuridad la gente se esconde, por miedo a su propio resplandor.
Gente dejando sus sueños por inseguridad a sí mismos.
Gente rompiendo promesas, por miedo a que la contra parte falle.
Gente suprimiendo carcajadas, por miedo a la etiqueta.
Gente alejándose de la persona amada, por simple miedo.
Y es aquí cunado el dolor florece.
Y te desgasta
Y te agobia.
El dolor se crea por ti mismo, y solo tú, eres capaz de sobrellevar eso mismo
Solo tú decides que tanto te afecta, y hasta que tiempo lo hará.
Sin embargo hay que tener bien puestos los pantalones para hacer que este corra y huya de ti.
Fácil no es, pero nada que valga la pena lo será.
Es un efecto colateral de la misma vida. Lo quieres, lucha por él.
El dolor es tan tuyo, que puedes hacer con él lo que sea
Guardarlo, afrontarlo o ignorarlo.
Tú decides.

domingo, 12 de julio de 2015

UN ACOMPAÑANTE









Quiero un amor, pero más que un amor, quiero un acompañante.
Quiero alguien que me dedique un buen día, y no solo me dedique los “buenos días”
Quiero alguien que no pregunte ¿Qué tal esta mi día? Si no, alguien que comparta ese día.
Quiero alguien que me diga buenas noches con un beso en la frente y porque no, otro en los labios.
Quiero un amor, pero más que un amor, quiero un acompañante.
Quiero un colega.
Quiero que seamos niños juntos.
Sin tapujos, ni prejuicios.
Quiero platicarle mi pasado, quiero disfrutar nuestro presente y porque no, platicarle sobre mis planes a futuro.
No quiero besarlo todo el día, como sé, el tampoco no querrá hacerlo.
Tampoco quiero abrazarlo las 24 horas del día.
Sin embargo, si quiero hacerlo durante el día.  No todo el tiempo, porque estaremos ocupados riendo, jugando, peleando, corriendo, caminando, mirando el cielo, no lo sé…
Quiero un espacio para cada cosa, sin embargo, no quiero que tengan ningún orden.
Ser humanos, realistas, surrealistas, soñadores, despegar los pies del suelo un poco y cuando ya sea necesario, volver firmes a tierra.
Quiero un amor, pero más que un amor, quiero un acompañante.
Disfrutar de los pequeños momentos, esos que parecen “insignificantes” pero que le dan, gran significado a la vida.
¿Pequeños momentos insignificantes, que le dan significado a la vida?
Si.
Esos en los que uno se da cuenta de las manías que tienen ambos.
Tan simples como que el mueva su cuello de un lado a otro cuando está listo para hacer algo, o haga movimientos apresurados con las manos cuando se encuentra algo acelerado o saber que sonríe antes de hacer o decir algo que le gusta.
Tan simples como saber que ella toca su cabello cuando esta triste, concentrada o aburrida.
Que presiona los dedos de sus pies cuando se encuentra incomoda.
O saber que sonríe cada que tocas su cabello de manera tierna.
Pequeños detalles que hacen, te enamores de esa persona.
Quiero un amor, pero más que un amor, quiero un acompañante.
Que no importe el lugar donde comamos.
Que no importe si es un restaurante caro, si es una fonda, si es un puesto que encontramos en alguna calle.
Si es en una banqueta, en un parque, en un puente.
La verdad no importa, comer a su lado sería suficiente.
No hay prisas de nada.
Quiero que se tome el tiempo de conocerme, que cuide los segundos al besar mis labios, al tomar mi mano, al mirarme.
Pues yo lo haré.
No hay prisas.
Quiero que se tome el tiempo de conocerme.
Que sepa mis miedos.
Mi pasado.
Mis creencias.
Mis delirios.
Mis pasiones.
Lo que me hace enojar.
Lo que me hace sonreír.
Lo que me hace perder la cordura.
Lo que me hace delirar.
Lo que me entristece.
No hay prisas.
El tiempo es relativo y cambiante, pero no hay prisa.
Quiero que se tome el tiempo de saber quién soy.
Pues yo lo haré.
Que sepa que no soy, sólo el nombre o el apellido que mis padres me pusieron.
Que hay una historia detrás de cada parpadeo, de cada suspiro, o de cada risa.
Que hay personalidades escondidas en mí.
Algunas será interesantes, otras confusas, otras hermosas, otras tristes.
Pero que todas hacen un conjunto de lo que soy.
Que tenga en mente, que se, el también lleva un conjunto de lo que ahora es.
Y que si el me acepta, yo lo acepto.
Y si no lo hace, también lo aceptare.
Quiero un amor, pero más que un amor, quiero un acompañante.
Tener bromas que solo, él y yo comprendamos.
Quiero un mejor amigo.
Ese, con el que sé, me podrá ver en el mejor vestido de gala, con el cabello bien peinado, y la cara perfectamente maquillada y al día siguiente, poder salir con aquel pants, aquella playera arrumbada perfecta para dormir, el cabello desacomodado y quizás con algo de ojeras.
Y que de ambas formas, aun le siga pareciendo hermosa.
Pues yo quiero un amor, pero más que un amor, quiero un acompañante.
Aquel, con el que no me de miedo dormir entre sus brazos.
Sea en una casa, en el camión, en un parque o en cualquier lugar.
Pues los colegas se cuidan y sé, él lo estaría haciendo.
Quiero que sepa que yo lo cuido.
Que no por el hecho de ser mujer, no tendría los mismos cuidados que el conmigo.
Quiero que sepa que él, me parecerá el hombre más atractivo usando aquel traje de gala, pero que al mismo tiempo me seguirá pareciendo el hombre más perfecto, aun usando aquellas sandalias, con aquel pants y aquella playera.
Que puede dormir entre mis brazos en cualquier lugar, pues como dije antes, los colegas se cuidan.
Y yo lo estaría haciendo.
Quiero poder llorar con el cuándo peor me sienta.
Cuando el mundo se me caiga en mil pedazos.
Cuando sienta ya no poder más.
Quiero llorar con él.
Y que él pueda hacer lo mismo conmigo, pues no lo juzgare.
Quiero un amor, pero más que un amor, quiero un acompañante.
Quiero tomar cualquier bus sin saber  a dónde nos llevara, perdernos, no importa, será divertido, pues estaremos juntos.
Quiero entrar a cualquier sala de cine y poder permanecer abrazada a él, viendo la película, sin que pase nada, solo disfrutar la película, su compañía y porque no, algunos tentempiés a nuestro lado.
Quiero entrar a cualquier sala de cine y besarlo y me bese y me mire y mirarlo.
Quiero ser su amiga y que él sea mi amigo.
Hacer locuras juntos.
Hacer el típico cliché de timbrar cualquier casa y salir corriendo, para después tomarnos de la mano cuando salgan los propietarios y no sospechen de aquellos dos jóvenes enamorados.
Lo cual será divertido.
Quiero ir en sus hombros por la calle.
Quiero pararnos en cualquier puente y gritarnos: Te quiero, te amo, te odio.
Cualquier cosa.
Que la gente se desconcierte.
Quiero un amor, pero más que un amor, quiero un acompañante.
Presentarle a mis padres y sentir el corazón que explota.
Que me presente a sus padres y sentir ganas de correr, pero permanecer ahí.
Quiero un amor, pero más que un amor, quiero un acompañante.
En el día
En la noche
Bajo el sol
Bajo las nubes grises
Baja un cielo despejado
Bajo la lluvia
Bajo un árbol
Un paraguas
Incluso en la apocalipsis
Quiero un amor, pero más que un amor quiero un acompañante
Y que él quiera lo mismo
Pues las tasas de café ya se aburrieron de cortas conversiones
Las tasas de té, de las cortas horas que llegan a durar
Quiero un amor pero más que un amor, quiero un acompañante
Quizás ya lo tuve.. quizas no, así fue....

jueves, 25 de junio de 2015

Fuimos.







El amor que tuvimos fue más que versos y frases bonitas.
Fue más que un “buenos días” por la mañana.
Más que un “Ten buen día” por las tardes.
Más que un “Ten dulces sueños” por las noches.
Nuestro amor estaba conformado por acciones.
Estaba conformado por caricias
Estábamos conformados de la mano, sí. De largas caminatas tomados de la mano.
Nuestro amor fue toda una aventura.
Fue quedarnos encerrados en lugares y poder inventar maneras de salir de ellos.
Fue besarnos a escondidas de las autoridades.
Fue correr juntos para alcanzar el bus.
Fue cruzar la ciudad entera.
Fue mirar el cielo acostados en el suave césped.
Fue tocar la mejilla uno del otro y repetirnos una y otra vez que todo estaría bien.
Fue abrazarnos y no soltarnos.
Fue cruzar los meñiques para prometernos que la vida sería justa con nosotros.
Fue secar el llanto de los ojos y besar lo salado de los labios.
Nuestro amor fue más que versos y frases bonitas.
Fue soportar el mal humor de ambas partes.
Fue querernos en ratos aunque lo hiciéramos a diario.
Fue pelear por qué lugar visitaríamos.
Fue pelear por ver, quien quería más al otro.
Fue cruzar las calles colgada de tus hombros.
Fueros besos en el rostro.
Fue explotar y reprochar.
Fue escapar a lugares que nadie, jamás supo de su existencia.
Fue robar una flor y correr despavoridos.
O cariño, nuestro amor fue más que un montón de palabras y promesas vacías.
Fue quedarse en desvelo por el cuidado del otro.
Fue comer acostados viendo cualquier película.
Fue tomar bocanadas de aire de la preocupación por el bienestar del otro.
Fuimos conformados por olas grandes de deseo de cumplir nuestro sueño de vernos juntos, de tener un techo, comida y resguardo.
Fue saber que éramos, aunque no todo el tiempo estuviéramos juntos.
Fueron desvelos a escondidas.
Fue algo más que apoyo, fue saber que no estabas sólo.
Cariño fuimos tantas cosas, que la luna estuvo al tanto de nosotros.
El cielo no se cansaba de seguirnos a donde fuéramos.
El sol apaciguaba el resplandor para poder mirarnos.
O cariño.
Fue intenso ¿cierto?
No fuimos palabras incompletas. Fuimos hechos completos.
No fuimos frases de amor. Fuimos creadores de dichas frases.
Nunca tuvieron tanta fe en lo que fuimos.
Pero fuimos sol, fuimos tierra, fuimos aire, fuimos un grito angelical, fuimos fuego, fuimos cielo, fuimos infierno…
Y ahora, cariño mío, sólo somos un roto aleluya.
Pero de qué manera fuimos y de qué manera seguimos siendo.
Reyes, padres y sacerdotes fue nuestra cruel historia.
al atardecer, por confesiones al anochecer y por miradas antes de dormir.

Pero el creador nos quería juntos por ese tiempo, así que brindemos por eso.
Pues al menos alguien, quiso que fuéramos, por lo menos, en un tiempo.

sábado, 20 de junio de 2015

PAPÁ♡♡











Hablemos de un TODO.
Mejor dicho. De mi propio “Holístico”.
Hoy hablare del hombre más fuerte del mundo, el hombre invencible que todo lo puede, el hombre que saca fuerzas de cualquier sitio o lugar. Aquel que sin poderes, va saltado de edificio por edificio, sólo por ti.
Dios creo al hombre a su imagen y semejanza, dicen por ahí. Y yo creo que no hay mejor descripción que esa misma.
El vino al mundo y fue el primero entre cinco.
Eso quiere decir que lo convirtió en el mayor de los otros cuatro.
Yo no lo conocí, para ese entonces, probablemente mi existencia estaba reducida a ser una simple espora en la tierra.
Sin embargo, de algo estoy segura. Su existencia fue lo más sagrado y religioso que puedo haber llegado al mundo.
Ojos grandes y castaños, frágiles manos y piel suave como la seda.
Más de una galaxia tuvo que haber explotado al momento que el por primera vez, abrió los ojos. La verdad es, que me hubiese encanto poder haber estado ahí y sentirme sumamente orgullosa de saber, que algún día, el sería el más grande amor de mi vida.
El tiempo fue pasando y él se hacía mayor.
Rebelde, descoordinado y con una inteligencia  perspicaz.
Uno entre tantos… No, ni entre tantos, ni uno sólo.
El único.
Antes de poder conocernos el conoció otros amores y cuido de alguien más.
Su corazón no me conocía, sin embargo y sin saberlo, él se preparaba para mí.
Admitiendo claro, que el privilegio de sentir su protección, la tuvieron otras personas antes que yo, claro ejemplo fueron sus hermanos, en más de una ocasión sus padres y finalmente de la mujer de quien se enamoró.
Y ¡caray! vaya de que mujer.
Poco a poco su carácter se fue forjando, aprendiendo todo a buscar salidas y ganarse la vida a su modo,  se aprendió el todo y nada y a luchar codo, con codo, pero más que nada, cada día, aprendía más de sí mismo.
Hasta que se convirtió en lo que ahora es.
Tuvieron que pasar una infinidad de cosas para que yo llegara.
Sé que en más de una ocasión se sintió decepcionado y abrumado.
Ilusionado.
Triste.
Feliz.
Enamorado.
Desesperado.
Que en más de una ocasión tuvo esa sensación de sentir que tenía la ‘’S’’ marcada en el pecho.
Y muchas otras, en las que pensaba que había criptonita en cualquier lugar donde pisara.
Y luego, la conoció a ella.
Encantado yo.
Encantada yo también.
Y así empezó la historia que bien, podría estar redactada en las páginas de algún libro.
Él sabe que significa esta vida.
No es simplemente un soplo de aire o un parpadeo de día a noche o de noche a día.
No.
Él sabe la profundidad que tiene la misma.
Si luchas puedes perder, si no lo haces, estas perdido.
Si no arriesgas no ganas.
Si no preguntas, no lo sabrás.
Si no lo haces, nunca conocerás.
Si no inventas, no dejaras huella.
Siembra lo que quieras cosechar.
Él sabe el significado de la misma y lo que conlleva a estar en ella.
Él sabe luchar sin poderes, si no es, que se inventa los propios.
Si alguien me lo hubiese contado, jamás lo hubiese creído.
No creería que pudiese existir algo tan maravillo o majestuoso.
Habilidades de hacerte sentir la persona más importante.
Habilidades de hacer sanar tu corazón.
Habilidades de darte impulsos para que puedas volar.
Habilidades de hacerte reír.
Habilidades de hacerte enfadar.
Habilidades de protección.
Habilidades y más habilidades infinitas en su ser.
Jamás lo hubiera creído, pero así es, si existe.. ¡EL EXISTE!
Y de qué manera.
Aquí es, cuando entramos los dos.
¡Bienvenida! ¡Bienvenido, mi primer amor!
Sin hablar, sin poder hacer ningún gesto entendible, el comprendió.
Paso a paso, guiando mis desequilibrados pasos. Poco a poco, alimentando mi estómago.
Yo ya camine por ese bache, por ahí no, intenta por este otro camino.
Oye inténtalo, tu puedes  y siempre podrás.
Me caire contigo y así puedas ver, que estar en el suelo a veces, puede ser divertido.
¿No te quieres levantar? Are el mundo a tu tamaño, pues a veces es necesario ver las cosas desde otro ángulo.
¡Vamos no siempre puedes estar ahí abajo! Construiré una escalera, para que te sea más fácil subir.
¿No puedes pasar? Construiré un puente para llegar hacia ti.
¿Tienes miedo? Ven toma mi mano y todo estará bien.
Hasta que me convencí, que sí. Efectivamente era un ángel.
Me enamore de él, tanto que su nombre no bastaba para  decirle cada uno de los días de mi existencia, lo mucho que lo amaba.
Así que lo nombre papá.
Y así mismo el me nombro hija.
Enorgulleció a mi corazón y mi ser por fin se sintió satisfecho.
He llegado a pensar, que sería mis días sin él.
¿Una vida sin él? ¿Eso  acaso existe?
Sé que se puede, pero no puedo siquiera pensarlo.
Una niña siempre va ocupar del hombre que le enseñe andar en bici.
El hombre que la impulse hacer cosas nuevas e innovadoras.
Ese, que te lleve de los hombros y te enseñe el mundo a su altura.
El mismo, que te lleve de la mano y te sientas invencible.
Ese con el que quieres subirte a sus zapatos y bailar siempre con él.
Ese, con el único hombre que quieres, te entregue en el altar (Aunque muy probablemente él no quiera hacerlo).
Ese, el único hombre al que quieres amar incondicionalmente para toda tu vida. Cada uno de los días de tu existencia y que de antemano sabes,  será el único primer gran amor de tu vida.
Soy trocitos suyos.
Soy pedazos de sus ojos, pedazo de sus manos, pedazos de sus sonrisas, pedazos de su intelecto.
Soy grandes pedazos de él.
Y él, todo el ser completo de mí.
Sé que no fui y soy la única en su vida.
Pero vaya que agradezco ser de él.
Y vaya que agradezco que él sea de ella, mi mamá.
Y cuanto agradezco que sea de ella, mi hermana.
Pues él me ha dado la felicidad que hoy tengo y que no habrá hombre en la tierra nunca jamás que ame de la misma manera que lo amo a él.
Porque ante los ojos de un hijo, el padre es su propio Dios.
Y si decía que Superman no existía, bueno más allá de lo surrealista y fantástico.
El, a comparación de ese hombre de capa.
El si tiene poderes.
¿Cuales? TODOS.
Porque en ninguna batalla me ha dejado sola ¿Que si ha habido derrota? No para mis ojos.
Ya gane.
Lo tengo y esa es una gran victoria.


Y así para siempre festejare entre el cielo y la tierra, pue él está en mi
Manteniendo siempre al corazón.


Lo amo
Por siempre.

domingo, 7 de junio de 2015

ELLA♡















Ella podría hacerte sonreír cualquier día de la semana, sin importan la hora, el día o el lugar.
Ese es su don.
Te da su misma felicidad.
Ella es la clase de mujer que te dedicara poesía con tan solo la primera sonrisa que le dediques. Incluso escribirá sobre ti, aun cuando horas atrás haya llorado por causa tuya.
Es inteligente, sin embargo muchas veces no lo cree.
Es bonita y va por la vida caminando sin saber a qué grado lo es.
Tiene la fuerza de cientos y la mirada de una niña triste.
Ella es como el suave granito en un desfiladero de aguas templadas
Un suave soplo de aire por las tardes
Y el primer rayo de luz, que se asoma por las mañanas
Tiene fuego en el corazón y este late para arder, nunca late a medias.
Muchas veces mansa del dolor
Y muchas veces resistente como palmera en un huracán
No es común, pero tampoco clásica
No es el tipo de mujer que encuentras caminando
Ella es la viva imagen de huellas en la arena que no dejan rastro
sin embargo, sus pisadas son tan profundas que deja su esencia
en cualquier rincón donde pisa.
Tiene llamas en la piel
Hace quien la conozca nunca olvide su nombre.
No mires sus ojos, pues tiene poesía en ellos
paisajes y mágicos mares.
O no, no mires sus labios, son nubes de atardecer con colorante rojo, rosa y naranja entre ellos
Solo hay un problema.
Ella puede ser tan resplandeciente como luz de día al despertar
o tan gris como el cielo antes de llover.
Su tristeza es pura, se quiebra con facilidad
Ella no tiene talón de Aquiles
Ella no es porcelana.
No.
Su ser esta hecho del más puro cristal, frágil, liso y filoso si te tocan sus cristales
Su ser es así, transparente, hermoso y humilde
Si pudiera abrazar tus tristezas y absolverlas, para después escupirlas solo para verte feliz
créeme, ella lo aria.
Tiene gustos sencillos
Puede caminar descalza por horas en la alfombra del suave pasto, soplando dientes de león y pidiendo el más poderoso de los deseos, para sus adentros.
Hace música con el cantar de las aves y tiene esa curiosa manía de mirar el cielo y hacer historias con las figurillas de las nubes.
Su ser es así, libre.
No le gustan las ataduras, le gusta pertenecer siendo libre, volando
sobre los despejados cielos.
Muchas veces siente no encajar y se pregunta si su lugar es quizás, en el mismo cielo
Le gusta reír
De hecho tiene muchas risas.
Tiene desde la más picara de ellas, hasta la más dolorosa.
Sus ojos brillan cuando algo le gusta bastante, es tan poderoso su resplandor
que no puedes dejar de verlos.
Tiene manías en las manos, no es muy notorio
sin embargo, si eres buen observador, notaras los diferentes movimientos que realiza con sus manos al platicarte de ciertos temas.
Sus pasos son despacios y vacilantes, unas veces, incluso, bailarines.
Algunas veces habla sola y se cuentas sus propios chistes
muchas veces la gente la juzga de loca, pues se ríe sola por las calles.
Se ríe de ella misma al tropezarse y no por eso es torpe.
Prefiere más el olor de un libro al de un cigarrillo.
Y cuando escucha música se crea sus propias novelas.
Románticas y algunas trágicas. Algunas tan interesantes que podría hacer un libro de ello.
No es común, es bastante extraña de hecho.
Pero justamente eso es lo que la hace tan especial.
Que no hay ninguna como ella.
Es constante, no importa lo rota que este. Seguro encontrara la forma de tomar cada pieza para estar para ti.
Lejos o cerca.
Su belleza física es bonita, pero cuando la conoces a fondo
quizá, probablemente pensaras que es un ángel, quizá una flor
quizá y solo quizás la veras como el holístico que jamás existió.
Su belleza es así, cambiante, dulce y forastera.

lunes, 1 de junio de 2015

Voz.





A veces, solo a veces, las personas ingenuamente no se dan cuenta el porqué de tantas cosas.
Y no es ingenuidad, lo sabes.
Pero te gusta sentir que no lo sabes.
Entonces te bloqueas a ti mismo y te dices que todo está bien, que todo pasa por algo y no es como que no haya algo de sentido en esta monótona frase. Es sólo que cuando la dices, solo para bloquear aquello que no quieres ver, simplemente no tiene sentido.
La frase solo toma sentido cuando vas entendiendo el porqué.
Difícilmente alguien puede verlo.
Entonces llega esa voz gritándote lo importante que eres.
Te cuesta creerlo porque has pasado una vida contigo mismo, repitiéndote que hay cosas más importantes que tú mismo.
Pero esa voz permanece constante.
Poco a poco se adentra en tus oídos, suave y no ensordecedor.
Importante tú, asombroso tú, maravilloso tú, potencial en ti.
Y te empieza hablar de ti, como tú no lo sabes hacer.
Cree en ti, como yo lo hago. Y tú no dejas de no creer.
Estabas tan ahogada  en la porquería de cosas que habitaban y probablemente en resacas habite en tu cabeza, que no puedes ver que realmente sí. Hay cosas asombrosas en ti que tus ojos ingenuos no pueden ver.
De nuevo esa voz, acercándose, acompañándote y algunas veces gritándote que no estás solo.
“Yo aquí contigo”
Y tu no lo crees, pues te han fallado en repetidas ocasiones.
Voces, dragones, mostros.
Llámalos como quieras, te han fallado y te has fallado tú.
Poco a poco, extrañamente, te acoplas a esa voz y empiezas a entablar una conversación más a fondo.
Una conversación real, como pocos y como muchas que sabes tendrán.
Entiendes que aunque hay muchas voces, pocas llegaran hacer que abras tu alma mental y que como pocas veces, puedes confiar y sentirte cómodo.
Sigues desconfiando de muchas cosas de ti mismo que luchas porque te gusten, aunque sea un poco. A veces suplicando que por lo menos, ciertas cosas de ti, te den gracia.
Pero no, aun te cuesta trabajo y es ahí cuando la voz llega nuevamente a ti.
Cálida para ti.
No es que dice, si no como lo dice. No es que dice, si no quien lo dice. No es la palabra, es la forma.
Te das cuenta que poco a poco, empiezas a salir de tu propio pozo. Quizás no tan hondo, quizás sí. Pero es tu pozo y vaya que cuesta trabajo salir.
Pero te das cuenta, que haya no tan alto una mano se acerca a la huesuda muñeca tuya y te alza, te asusta un poco y retrocedes, pero esa mano lo único que intenta es salvarte de ti mismo.
Y lo entiendes. Entonces aflojas y dejas que te alce.
El sol arde en tus ojos, pero no importa aquella sombra aparece frente tuyo y sabes que todo estará bien.
Aprendes a querer a la voz y sabes que la quieres a tal punto que te cuesta desprenderte de aquella voz.
Puedes incluso hablar y no parar de hacerlo pues esa voz te dice que eres graciosa, aun en tus momentos más tomentosos.
Con pasos lentos te miras al espejo y notas algo distinto.
Tu cara ya no esta tan enterrada, tan llena de polvo y cenizas.
Y te da por reírte.
Se lo confiesas.
Gracias, me has estado ayudado.
Y aquella voz nunca lo entenderá, porque incluso tú mismo no te entiendes.
Y le pides que no lo haga, solo que este.
Sabes que si algo le pasara aquella voz te sentirías algo perdida, pues dentro de cierto tiempo aquella voz te ayudado en cosas que ni tu terminas de entender.
No te cansarías de escuchar hablar de sus historias, pues ninguna se repite y cada una te deja un aprendizaje.
Entonces te vuelves egoísta, pues esa voz es importante para ti.
Sabes que no importa si tu risa sonara sonora, desentonada o ridícula. Esa voz reirá contigo.
Sabes que no importa si lloras o gritas, esa voz ara que vulvas en razón.
Sabes que tú no vez ciertas cosas, pero esa voz te enseña a psicoanalizar la situación.
Todo está bien, pues esa voz no es tuya, pero que bien se siente saber que hay una voz cerca de ti, que te gritara sin perder aliento alguno, que a pesar de la tempestad.
Todo, absolutamente todo, estará bien.
Llámalo voz, llámalo ángel, llámalo amigo.
Llámalo como tú quieras.
Incluso tercer ojo. Pues ese ojo te ayuda  a ver que no todo es como lo pintan.
Quizás sí.
Quizás sea ese símbolo enigmático, el “Triangulo” aquel que te ayuda a ver cosas que, quizás tu no vez.
Y eso está bien.
Llámalo voz, ángel o amigo.
Pero siempre siéntete orgulloso de tener a eso que te pone los pies sobre la tierra.

Y no olvides decir.
Citándolo claro.
Te quiero.


miércoles, 27 de mayo de 2015

Hoy te digo adiós







Hoy te digo adiós y le digo así mismo, adiós a lo que alguna vez fuimos. Pues ya no seremos.
Le digo adiós a los grandiosos días en los que creí que sería tuya por siempre, en los que creí que algún día compartiría un hogar, quizás un perro y porque no, hasta un gato.
Le digo adiós a todos los momentos en los que tantas veces me refleje en tus ojos plenamente enamorada de ti. De tus defectos y de tus virtudes.
Le digo a dios al olor de tu piel, esa misma que me cubrió tantas veces del frio y del sufrimiento. Esa misma que me abrazo con tanto amor.
Le digo adiós al sonido de tu voz diciendo te amo y algunas muchas veces: Te lo prometo.
Le digo adiós aquellas tardes en las que conversábamos nuestras almas en pleno atardecer.
Le digo adiós a los secretos que te conté y sé que hoy te llevas.
Le digo adiós a las fotos tomadas y que quizás faltaron por tomar.
Le digo adiós a tus manos, aquellas que tantas veces me acompañaron a distintos lugares.
Le digo adiós a las cosquillas que me llegaste hacer en el estómago o en cualquier sitio débil de mi delgado cuerpo.
Le digo adiós a mis noches de llanto de tanto amarte.
Me despido de aquellas mañanas en las que me viste en las peores fachas y aun así decías que era completamente hermosa ante tus ojos.
Le digo adiós a nuestras largas conversaciones nocturnas por teléfono o cualquier otro medio de comunicación.
Me despido de tus cuidados y de tus chiqueos.
De tu cocina por la mañana, por la tarde y muchas otras por la noche.
De tus risas y bromas.
Me despido de aquellas bromas que solo tú y yo comprendíamos.
Le digo adiós a las tardes lluviosas abrazada a ti.
Le digo adiós a los lugares frecuentados únicamente por ti y por mí.
Adiós a todas esas costumbres que nos acompañaban a nuestras salidas.
Adiós a todas aquellas promesas y planes junto a ti.
Le digo adiós a la persona que solía ser cuando estaba junto a ti, pues sé que no la volveré a ver nunca más.
Le digo adiós a mis noches de tormento causadas por ti.
Adiós a todas aquellas peleas llegaron a herirnos tanto. A veces a uno más que al otro.
Me despido de tus lunares que de memoria me aprendí.
Le digo adiós a los miedos que causaban tus fallas pasadas en el aquel presente.
Le digo adiós a todas tus costumbres
Adiós a tus ademanes que muchas veces amaba y odiaba tanto.
Adiós a todas aquellas veces en las que me hiciste sentir menos.
Y así mismo, adiós a todas aquellas veces en las que me hiciste sentir única.
Le digo adiós a nuestras mentiras piadosas para vernos.
Adiós a nuestras escapadas a lugares sin permiso de nuestros mayores (Principalmente, de mis mayores)
Me despido de esas caminatas largas tomadas de tu mano.
Me despido de todas aquellas veces en las que llore en público por causa tuya.
Les digo adiós a todas las rosas y flores que llegaste a obsequiarme.
Le digo adiós a cada fecha importante etiquetada con el nombre de aniversario de cada mes y cada año.
Le digo adiós a todas tus verdades a medias.
Adiós a todas tus mentiras.
Le digo adiós a mi afán de querer permanecer siempre a tu lado.
Le digo adiós a mi miedo por tus celos.
Le digo adiós al miedo de que no me celaras.
Le digo adiós a tus regaños tiernos.
Adiós a nuestras pláticas serias.
Adiós a nuestros momentos de locuras compartidas.
Me despido de lo acogedor que llego hacer, estar en compañía de ambas familias.
Adiós a las fiestas familiares de ambas partes.
Adiós a las salidas improvisadas y planeadas.
Le digo dios a nuestras peleas amorosas y muchas otras catastróficas.
Adiós a mis noches de desvelo por ti.
A las comidas compartidas.
Adiós aquellos momentos en los que permanecimos en silencio.
Incluso le digo adiós a tu mal humor que muchas veces fue hiriente para mí.
Le digo adiós a las canciones dedicadas y que quedaron por dedicar.
Hoy me despido de ti con un gran peso en mi pecho. Y no me despido para que este se aliviane.
Me despido de ti para que ambos sanemos pues juntos jamás lo aremos. Y no es que sea pesimista.
Pero seamos sensatos. Estamos brillando más estando separados sin opacar el brillo del otro y aunque probablemente abra noches en las que deseé que sea solo un sueño, sé que es lo mejor.
Algunas historias se crearon solo para mostrarnos quienes podemos ser.  Y quien no queremos ser.
Algunas historias son para siempre aunque ya no se estén juntos. Pues gracias al punto final de ciertas historias, podemos crear una nueva. Con la versión mejorada de sí mismo.
Y así es que ciertas historias amor se vuelven eternas… Pues es aquí, donde comprendo la frase:
“Lo mejor que puedes obtener de una relación, es que esta te inspire hacer una versión mejorada de ti mismo”
A veces ciertas historias se tienen que cerrar, para que esto mismo pase.
Eso, justamente fuiste tú.
La persona que me inspiro a ser mejor versión de mi misma. Quizá no de la manera romántica que cualquier persona esperaría.
Pero si de la manera más humana. Llena de errores, triunfos, amores y desamores.
Por eso…
Hoy me despido de ti.
Para que al fin, puedas ser la versión mejorada que sé, puedes ser.
Para que ambos nos liberemos de los males que nos hicimos.
Me despido de ti no por rencor. Si no por amor.

domingo, 17 de mayo de 2015

Querida amiga.

Eres hermosa pero muchas veces se te olvida que lo eres. Eres graciosa, sin embargo, muchas veces te avergüenzas al realizar una broma en frente de los demás. Eres dulce, pero te da miedo demostrarlo por las veces que te han dañado. Eres muy buena escuchando y así mismo, dando consejos, sin embargo, a ti te atemoriza hablar con alguien de tus sentimientos.
Eres la persona más hermosa física como mentalmente.
El único gran defecto tuyo querida amiga es…
Que tienes la errona idea de pensar que no es así.
Así que hoy  te lo vengo a recordar y por favor, cuando lo olvides. Léeme las veces que sean necesarias.
Dios no se equivocó en cada detalle que puso en ti.
Cada parte de ti es únicamente irrepetible y como cada mujer, tienes una belleza sin igual.
Pesé a que físicamente eres muy bonita, tu belleza no es para nada física.
¿Qué cómo es esto posible?
Bueno.
Tu corazón es el que hace que la belleza florezca de ti.
Tus ánimos no siempre han sido de radiante felicidad y aunque muchas veces estés mentalmente agotada, siempre y vaya de qué manera. Siempre tienes tiempo para los demás.
Teniendo las palabras adecuadas para hacer menos duro el golpe y aun cuando no las tienes, tienes el silencio perfecto, acompañado entre las extremidades de tus brazos, un abrazo lleno de: “Estoy contigo”.
Sabes identificar el lenguaje de las personas, inclusive diferencias los “Estoy bien” aun por mensaje de texto.
Lo bonito no es que los diferencies. Lo realmente bonito, es que corres al auxilio de las personas sin importar la hora, el día, el tiempo o el lugar.
Tienes esa manera única de ir por la vida. Muchas veces dudas al tomar decisiones pero dime ¿Quién no lo hace?
Las decisiones más importantes no siempre serán fáciles de tomar. Y eso mejor que nadie, tú lo sabes.
Has pasado por tantas cosas tan buenas como malas, que a uno no le da miedo abrir su alma contigo, porque de antemano sabes, que por lo menos hay una persona en este mundo a la que vale la pena abrir tu ser en ese aspecto sin prejuicio alguno.
¿Sabes? Hay algo perfecto en ti.
Y es, esa manera tan única de sonreír.
Mujer, tu podrías conquistar nuevos mundos si estos existieran, con esa manera tan singular y única de sonreír.
Incluso si hubiera una tercera guerra mundial, el mundo entraría en paz con tan solo ver tu sonrisa. Pues nadie sonríe de la manera en la tú lo haces.
A veces tan llena de amor y felicidad y otras veces tan llena de melancolía.
Ambas, cabe resaltar, hermosas.
Tienes tantas sonrisas escondidas en tu rostro que uno jamás se cansaría de ver cada una de ellas.
¿Qué Por qué? Por el simple hecho de ser tuyas.
Y cuando hablas, sabes que todo estará bien.
Tu voz, es aquella voz que a cualquier persona, le sienta bien al alma.
Ese es tu don.
Pues sabes cambiar la tesitura de tu voz para cada momento. Pudiendo compartir un momento de completas  risas desentonadas, hasta el más serio  de los momentos.
Humana.
Así lo definiría yo.

Cualquier hombre en sus sanos cinco sentidos, se fijaría en ti. Sin embargo amiga mía.
No cualquier hombre es merecedor de ti.
No necesitas de alguien para ser feliz, pero vaya que cuando ese “alguien” sin razón, llega  a nuestra vida, sentirse feliz es inevitable.
Solo te pido una cosa.
No hay prisa. El amor es lento, ve despacio.
Te aseguro que si este es verdadero no ira con prisas y a prisa.
Este es lento, suave y después de golpe. No importa si llevas un día, un mes o un año sin tener este tipo de amor en tu vida.
Sólo llegara y créeme que no sabes de qué forma.
Sigiloso y sin fronteras. Y así como el café, té despertara de golpe.
No es necesario apresurar algo, que de antemano en el fondo sabes, futuramente y al natural, se dará.
Así que mantén esto en tu mente:
Si tienes que apresurarlo, NO es amor, es necesidad.
Tranquila.
El hombre que realmente merezca tener el trono de tu corazón, ara lo imposible por tener ese lugar.
Y cuando por fin lo haya ganado, sé que así como él se ganó ese lugar. Tú también te ganaste el suyo.
Pues ambos supieron diferencia entre caminar, trotar y correr.
Así que amiga mía.
Cuando encuentres a este hombre, se feliz. Muchas veces nos da miedo poner y así mismo que nos ponga la etiqueta de “novia”.
Y ¿sabes algo? No es necesario ponerla. Ambos sabrán el lugar que mantienen en el corazón del otro. No es necesario ponerle etiqueta algo que sabes que por ende, ganaron los dos.
Libres y sin pertenencias. Solo juntos y de la mano.
Así que ve, anda, quiere desenfrenadamente, pues tu más que nadie, merece ser feliz en todos los aspectos de tu vida.

Sólo hay una última cosa que quisiera resaltar, querida amiga.
No quieras cambiar nada de ti.
Dios te creo así.
Tono de piel, forma y tamaño de ojos, tamaño de nariz, textura de cabello, grosor de piel, altura y peso.
Todo en ti fue creado cuidadosa y delicadamente.
Eres una creación perfecta de él.
Así que cuando sientas que no encajas en este mundo, recuerda.
Que para los ojos de alguien más eres perfecta.
Aun cuando creas todo lo contrario, es así.
Así que por favor, mírate al espejo, sonríe y ponte aquellos zapatos con los que solo tú sabes caminar y sigue dejando huellas en el mundo.
Deja que el viento sople a tu favor.

Porque querida amiga.
Tú tienes todo para ser feliz.


Con cariño…
Eso te lo dejo a ti.

lunes, 11 de mayo de 2015

MAMÁ 💕

💕Definitivamente no hay palabras para poder describir completamente el significado de esta palabra tan compleja.
Dicen que un infinito es algo interminable y que nada es más grande que un infinito.
Están en un error.
La palabra “Mamá” a simple vista parece una palabra corta y simple.
Bueno, no lo es.
“Mamá” aunque matemáticamente no se ha comprobado. Es más grande que el mismo infinito. Y en la infinidad de números que conlleva el mismo.
La verdad es que ningún ser humano terminaría por describir con exactitud esta palabra tan corta y tan compleja a la vez.
Sin embargo, hoy me he propuesto a definir uno de sus más grandes significados. Intentando claro, que pueda al menos rescatar lo más importante de tan importante palabra.
Dicen que no existe la perfección. Sin embargo, yo logro ver perfección en ella.
Ella al igual que yo. Creció con sueños, anhelos y variantes expectativas.
Nació claro, de otra gran mujer a la que hoy en día, cariñosamente llamo “Abuelita”.
No estuve ahí, pero dicen que fue hermoso. No imagino lo celestial que ha de ver sido ver abrir sus ojos por vez primera.
Las personas seguramente sintieron morir en ese momento. Es lo sus ojos hacen. Te regalan el paraíso del cielo con tan solo abrirlos.
Quizás nunca lo mantuvo en mente y ni siquiera se imaginaba que algún día podría llegar hacer madre. No la culpo, yo tampoco lo hago.
Sé que en algún momento sufrió por amor y que muy probablemente tuvo el corazón tan roto que ni siquiera le cruzaba por la mente, la idea de ser madre.
Y que así, como probablemente tuvo el corazón roto. Su corazón se enamoró tan profundamente al grado de imaginar una vida entera con esa persona.
Sé que paso por altos y bajos y que como yo, en más de alguna ocasión se sintió incomprendida y sola. Que quizás muchas veces perdió la Fe en sí misma y se preguntaba el porqué de muchas cosas.  Que muy, muy probablemente en más de una ocasión tuvo que fingir una sonrisa para que los demás no se dieran cuenta de lo triste que estaba.
Pero así como  enfrento tormentas y huracanes en el transcurso de su vida antes de que llegara yo.
Estoy segura que tuvo momentos extraordinarios. Momentos que no quería que acabaran. Momentos de dolores de pansa de aquellas risas escandalosas y desentonadas. Momentos y más momentos en los que sé, quería detener el tiempo. Detenerlo y permanecer justo ahí, en eso que la hizo tan feliz.
Sé que tuvo que pasar un tiempo para que tomara la gran decisión de ser madre. Y aunque no fui la primera en habitar su vientre. Estoy completamente segura que ciegamente amo con su alma al bebe que se escondía detrás de su ombligo, aun sin verlo.
Dicen que es ilógico amar algo tan profundo sin antes verlo o conocerlo. Bueno, para ella eso no fue inconveniente en ambos embarazos.
Tuvo que pasar una infinidad de cosas tan buenas como malas, antes de llegar hacer madre.
Así que por esta razón no me cabe la menor duda.
Ella es la viva representación del mismo infinito.
Ella lo sabe.
Ella sabe lo que significa que es estar roto.
Ella sabe lo que significa que es perder la Fe.
Ella sabe lo que significa que es estar ilusionada.
Ella sabe lo que significa lo que es tener un imposible.
Ella sabe lo que significa lo que es tener sueños.
Ella sabe lo que significa que es estar feliz.
Ella sabe lo que significa que es estar triste.
Ella sabe lo que significa que es tener esperanza.
Ella sabe que es lo que significa que es estar enamora.
Ella lo sabe y lo que no seguramente lo inventara solo por ti.
Ella es la persona a la que no tienes miedo de mostrarte tal cual eres.
Sin tapujos, ni prejuicios.
Ella es la persona a la que no te da miedo contarle tus cosas, platicarle lo que te acongoja y preocupa. Lo que te gusta o disgusta. Lo que te apasiona. Lo que no te apasiona. Lo que odias. Lo que amas. Lo que no toleras. Lo que adoras. Tus miedos. Tus secretos. Tus anhelos.
Ella es la persona a la que te puedes entregarte enteramente sin el miedo de que pueda fallarte, sin el miedo de que no te amé de la misma manera en que tú la amas a ella.
No te da miedo amarla libremente.
No te da miedo recordarle lo hermosa que es, porque no hay mentira en ello. Simplemente es hermosa a tal punto de que quieres que el mundo entero se entere de lo celestial que es su belleza.
No te preocupas si es más lista que tú, porque sabes que lo es.
Hay tantas cosas de ella que te encantan, que simplemente no te cansas de hablar de lo maravillosa que es.
Podrías incluso, hacer una enciclopedia de lo grandiosa que es para ti.
Ella sabe lo que significa ser joven y tonto.
Es por eso que agradezco tanto que Dios me la asignara a mí y a nadie más.
No digo que las de más madres sean menos fantásticas que la mía. Pero vaya que puedo decir que a mí de lo fantástico me todo lo ¡Asombroso! lo ¡Grandioso!
Y por eso estoy muy agradecida.
Estoy orgullosa de ella y así como yo estoy tan orgullosa de ella, quiero que ella lo este de mí.
Porque lo merece.
Merece el esfuerzo.
Merece los desvelos.
Merece la lucha.
Merece la entrega.
Merece el sacrificio.
Merece las risas.
Merece los momentos.
Merece los aplausos.
Merece la dedicación.
Merece el amor.
Merece la pena.
Y sobre todo.
¡Merece la vida!
Ella lo sabe.
Ella sabe tantas cosas de esta mísera, pero a la vez increíble vida.
Que no me da miedo que sea ella, la que siga guiando tus pasos. Porque ella lo sabe.
Ella sabe el significado de estar viviendo.
De tenerlo todo y de no tener nada.
Así que no.
No me da miedo entregarle mi vida entera solo a ella.
Que si pongo mi vida en las manos de alguien. No sería un alguien cualquiera.
Seria ella.
No espero que ella solucione mis problemas, pero sé que sin ella, no abrían soluciones concretas. Y como podría, si no habría un “ella”.
He intentado imaginar una vida sin su presencia. Pero la idea es simplemente insoportable.
¿Cómo mantener tu existencia en un mundo donde ella no existe? Si su presencia lo es TODO.
Se puede, yo sé que sí.
Se puede por el simple hecho de que en cada uno de nosotros hay grandes trozos de ella.
Somos  su legado y por lo tanto ella seguiría estando presente.
Sin embargo no es algo en lo que me guste pensar.
Como vivir sin pronunciar la palabra “Mamá” por lo menos una vez al día.
¡¿Cómo vivir sin esa palabra?!
Si “Mamá” significa todo.
En el día nos pueden pasar cosas extraordinarias o simples. Pero sin habérselas contado a ese ser tan extraordinario, esas cosas serían eso. “Simples cosas”
Por eso, completamente agradecida con la misma vida. Doy gracias por mandarme a su lado y ser grandes trozos de ella.
Por permitirme ver, aquellos grandes ojos con los que podría conquistar nuevos mundos y largas pestañas con las que podría causar torbellinos. Por aquella sonrisa que hasta los mismos ángeles realizarían una bella melodía solo por verla y por aquella voz que podría interrumpir al cielo.
Por permitirme ser su hija, su legado, su mini ella.
Ahora lo sé.
Por ella soy la mujer que soy. Y espero algún día ser la mitad de maravillosa que ella es.
Porque las madres son ante los ojos de un hijo su propio Dios.
La amo. Y soy la persona más afortunada de poder hacerlo sin límites, sin restricciones.
Orgullosamente de ella.
Porque soy una hija de mi madre. ¡Y DE QUE MANERA!
Por ella. Todas las cartas y más grandes poemas valen la pena.

La amo, es lo único que sé.

jueves, 23 de abril de 2015

🌼Que sigue después.


Mi vida sin ti, no es completamente feliz, sin embargo tampoco es completamente triste.
En ratos me rio y me rio como loca. Me rio de bromas absurdas, me rio de la risa de la demás gente, incluso me he reído hasta de mi misma.
Sin embargo, cabe mencionar que hasta que no ocurrió algo verdaderamente gracioso, me volví a reír. No fue así, como que de un día para otro recuperara la tonada de la risa.
Es difícil recuperar tantos años en tan solo un mes. Digo no es tan sencillo como el tomar una tase de café o salirse de una larga ducha. No. Es algo más profundo, algo que sigue en el alma y que esta propensa a caer nuevamente. Por supuesto que no es nada fácil y tampoco digo que lo vaya hacer.
¿Qué si la vida sigue? Pero por supuesto que sigue. Pero no igual.
La tristeza te invade en ratos tangibles y susceptibles. Puede invadirte incluso en el momento más feliz. Y no porque te guste estar triste ni mucho menos, esto simplemente pasa.
Te invade el recuerdo y te invade las ansias de saber “Que hubiera sido de ese momento tan feliz, si aquella persona hubiera estado presenciando el mismo momento que tu” Siempre queda la espinita, aunque muchos luchen por negarlo y no admitirlo.
Y no digo, claro, que esto te vaya a pasar todo el tiempo, pero vaya que te va a suceder cuando menos lo esperes, sobretodo en esos momentos en los que crees creer que ya no está ahí.
“Ni de amores se muere ni de recuerdos se vive” ¡Falso!
Completamente falso. Es cierto que de amor no te vas a morir. Si, en eso coincido.  Pero vaya que te hace sentir que mueres a fuego lento, despacio y silencioso. Tan sigiloso que la mayor parte no se da cuenta que tu alma en cierto modo está muerta.  Y que de recuerdos ¿No se vive? Alguien que me diga por favor ¡¿Quién invento esta frase!? ¿Quién caray? Seguramente alguien que no ha nacido, que en teoría es imposible.
¿De qué sirve vivir tantas cosas, si al final de cuentas algún día lo querrías borrar de tu memoria? De nada. El recuerdo es lo más humano que vaya la redundancia. El ser humano conserva.
El recuerdo nos regresa a la vida, nos regresa incluso al momento más feliz hasta el más triste que hemos pasado. ¿Qué no se ha inventado la máquina del tiempo? ¡Falso! ¡Qué gran mentira!
La máquina del tiempo la poseemos en alguna parte de nuestro propio cerebro. Así que sí. De recuerdos si se vive y de qué manera ¡vaya!
Cabe destacar que sí. Efectivamente de recuerdos si se vive, sin olvidar que el presente es lo más valioso que tenemos y que hay que seguir adelante, sin aprisionarnos en lo ya vivido anteriormente.
Quizás a esto se refiera la frase “Ni de recuerdos se vive” Al no aprisionarte en lo pasado, cuando tienes tanto por seguir recorriendo. (Aun cuando se es viejo) Pues nunca acabaremos de aprender nuevas cosas sobre la vida, tan malas como buenas.
No digo que el amor sea malo. Al contrario. El amor es el sentimiento más puro que el ser humano experimentara en la vida y que jamás en la vida se encontrara un sentimiento o algo que se le pueda asemejar.
Si te pones a pensarlo bien el amor lo es todo. La tristeza es amor, la alegría es amor, la furia incluso es amor. Todo va de la mano del amor.
Así que, no porque tengamos el corazón ‘’Literalmente hablando’’ partido por la mitad. Significa que dejemos de creer en él. Al menos yo no lo hago. Creo en él y de qué manera.
Creo en él, porque  a lo largo de mi corta vida, me ha enseñado a ser feliz. A ser fuerte. A ser valiente y muchas veces estúpida. Me ha enseñado a compartir. A luchar. A confiar y porque no, a no confiar.  Y aunque no muchos valoren este punto. Me ha enseñado a sufrir, a caerme y a golpearme de golpe. Y algunos dirán ¿Enseñarte a sufrir? ¿A caerte? Que ilógico, eso no se aprende. Pero claro que se aprende.
Cuando uno se equivoca, estas aprendiendo aun cuando te caes en seco y a lo estúpido. Aunque no lo creas.
 Al caerte aprendes tres cosas fundamentales.
La primera: Que se siente caer.
La segunda: Que sentiste al caer.
La tercera: Reflexionas sobre que estúpido fue meter el pie al pozo.
Estas tres cosas fundamentales a lo largo de la vida, sin quererlo. Te ayudan.
Te ayudan en varios aspectos. (Buenos y malos)
Te hacen saber que para nada te gusto la sensación de caer. Entonces empiezas a observas un poco más el camino en donde vas. Ya tienes la idea de que es, tener un golpe con moretón. Entonces empiezas evitar ciertos caminos que sabes, tendrán pozos parecidos al primero.
Y finalmente, recuerdas aquella sensación de sentirte estúpido (La cual, obviamente no te gusto) y empiezas ser más inteligente a la hora de elegir tu camino.
Estos claro, serían los aspectos buenos. En la contra parte de lo bueno, siempre va a estar lo malo.
Los aspectos malos serian que, como todo lo nuevo es emocionante  (Sean cosas buenas o malas) Siempre, inconscientemente, queda la espinita de volver a sentir, aquella sensación primeriza que sentiste. Entonces vuelves a caminar por donde sabes que abra otro pozo (quizás ya no tan grande o en la peor parte, más grande que el anterior) Y te lanzas, pero como una vez ya caíste, te las ingenias para caer de modo, que no te lastimes tanto. Es decir. “Aprendes a caer”.
Ya no te moreteas, pero aunque lo quisiste evitar, te quedan raspones.
Y volvemos a lo anterior. Rasparte no te agrado del todo y vuelves a reflexionar que fue estúpido, haberte aventado aquel pozo que obviamente no inspeccionaste antes.
Caerte y lastimarte en definitiva te ayuda aprender para bien o para mal.
O te haces un paracaidista con experiencia o te conviertes en un mejor observador. Ampliamente recomiendo la segunda opción.
Tener el corazón a medias no es algo sencillo.
En muchas ocasiones, te hace sentir solo y un tanto hueco. Te hacen ya no confiar tanto en las demás personas. En otros términos, te vuelves inseguro. De ti y de los demás.
Sin embargo, estar a medias no es tan malo.
Como olvidas un poco tu anterior tú. Tienes la gran oportunidad de volver a empezar.
De volver a encontrarte y saber quién eres ahora.
Te das la oportunidad, de ir en busca de ti mismo. De perseguirte y muchas veces de rogarte a que vuelvas a ti.
Una de las grandes ventajas de suplicarte y rogarte a ti mismo, es que no es humillante. Nadie se da cuenta que andas de rogón contigo mismo (A menos de que alguien te conozca demasiado bien, se dé cuenta, lo cual no es malo).
Y cuando por fin, te das el sí. Empiezas a ver muchas cosas que antes no veías, o veías pero no observabas (No le dabas la importancia que debías darle)
El tiempo es lo de menos. Tener ese estereotipo de que debe de pasar un año para recuperarte es lo más ilógico que he escuchado. Querer estar bien depende de ti, no del tiempo. Claro que el tiempo siempre será un gran aliado para estas cosas. Sin embargo, si no te estas permitiendo sentirte bien porque para eso tienes todavía un año. Está bien, digo… No todas las personas tienen la misma fuerza de voluntad. Pero para que desperdiciar un año en tristezas, si probablemente ese año sea el último año que puedes llegar a vivir. Y no es que sea pesimista. Pero todo puede pasar, y para que arriesgarse en vivir tu último año triste, cuando pudiste haberlo aprovechado para descubrir nuevas maneras de ser feliz.
El amor no es malo, incluso cuando haya habido personas que te quisieron hacer creer eso.
No es así.
El amor es un remolino. El cual te ara volar, marearte, golpearte, sentir y ver las cosas desde otro ángulo.
Así que cuando el amor toque tu puerta, no se las cierres. Pero antes de abrir la puerta, mira por la “mirilla” no está por demás ser precavidos esta vez.
Y cuando mires, no mires. Observa. Una vez que ya hayas observado esta en tu criterio abrir o no abrir. Pero nunca, nuca dejes las puertas cerradas para siempre. Que el peor error del humano es no darse la oportunidad de sentir nuevamente.
Así que cuando el amor toque “las puertas de mi corazón”,  será bien recibido. Me percatare que no encuentre el desorden que había anterior mente y aromatizare cada rincón de él. Pues uno  cosecha lo que siembra. Esta vez, quiero que sean flores las que salgan del jardín. Y que este, se llene de ellas.