miércoles, 6 de enero de 2016

Se fue un año, pero con él llega otro.







Se fue un año, pero con él llega otro.
Golpes fuertes, risas agudas, llantos descontrolados, fuerza bruta, amor, desamor, caídas y levantones. Todo en un mismo año.
Un año se fue y con él se llevó todo lo bueno y malo que hubo en cada uno de sus meses.
Todos pasaron por distintas etapas, no hablare de todos en general, hablare de mí.
En este año hubo muchos cambios en mi vida, buenos y malos.
El amor se encontraba en una balanza. Había empezado bien y con un poco de tiempo todo se volteó y así mismo llego a su fin.
Fue ahí donde empezó el espectáculo más raro que jamás había vivido.
El empleo parecía bien, estaba, lo que llamamos, cómodo.
Laboralmente hablando, el ambiente era bueno.
Buenas personas llegaron a mi vida, buenas amistades y lindas compañías.
Los primeros meses estando en el nuevo empleo fueron extrañamente buenos, fue como si el empezar del año no hubiese lastimado y estaba en un error.
Solo colgaba de mi rostro una venda la cual no me dejaba mirar con claridad.
Auto engaño se le puede llamar.
Pasando los tres primeros meses, vino lo bueno y digo lo bueno porque las cosas se tornaron distintas.
Vi las cosas como realmente eran, ya nada era igual a lo que anteriormente conocía.
Golpe de realidad, lo llamo yo.
El aire soplaba en distintas direcciones y yo no encontraba mi rumbo.
Con el paso de tiempo cambie un poco mi forma de ser. Llámalo bueno, llámalo malo.
Yo le digo crecimiento personal ¿Madurez?
Claro que sí, al menos si más que antes de empezar este año viejo.
Es verdad que el tiempo pasa y todo cambia. A veces asusta como cambia todo tan repentinamente, asusta porque jamás lo idealizaste o si quiera pensaste que podría pasar.
Uno no va por la vida pensando que le va pasar algo desagradable, al contrario, uno va por ahí pensando que probablemente algo bueno le espera del día.
Y aunque muchas veces no sea así, debemos traer la frente en alto.
No digo que sonrías todo el tiempo, pues es cansado fingir una sonrisa cuando lo único que quisieras es llorar.
Sin embargo, si sonríes, le das un mensaje positivo a tu cerebro y las cosas irán mejor.
Por eso, no digo que este año que paso fue fácil para mí.
Fue duro al principio, seco poco después y poco a poco se suavizo, no de la misma manera en la que estaba acostumbrada, pero vaya que el tiempo ayuda a remediar daños colaterales del pasado.
El año nuevo dejo atrás a todo lo malo y lo bueno que el anterior dejo, te da una oportunidad de empezar de cero.
Todos empezamos de cero y no por eso no te vas a equivocar.
De eso se trata la vida, de equivocarte y de enderezarte.
Por eso te deseo un año mejor que el que paso.
Que empieces de cero, que te equivoques, te que endereces, peor que jamás vuelva sa cometer el mismo error que en el año pasado, paso.
Ve nuevo comienza con una sonrisa, porque lo bueno de los finales…
Es que puedes empezar de cero.