miércoles, 28 de diciembre de 2016

PUDISTE CON ESTE, PODRÁS CON EL QUE VIENE! 💗







Es terrible fingir que estas bien cuando no lo estas, es terrible sonreír cuando lo único que quieres es llorar, es terrible callar tus sentimientos, es terrible callar lo que realmente sientes con la sociedad porque ellos jamás entenderán cuál miserable puedes llegar a sentirte por situaciones mínimas o grandes. Es terrible callarte cuando lo único que deseas es gritar, es terrible tener que quedarte, cuando lo único que quieres es huir. Es terrible ser la persona que todos quieren de ti, y no ser lo que tú realmente quieres ser. Es terrible ser un estereotipo ¿no? Por eso este año que viene te invito a que no te calles cuando quieres hablar, que no te contengas cuando quieras gritar, que no te retengas una risa o no explotes en llanto. Te invito a correr lejos cuando no quieras quedarte, te invito alzar la voz cuando no estés de acuerdo con algo, te invito a que te diviertas como si no hubiera un mañana, que te diviertas como cuando eras un infante y no te importaba si las personas pensaban que eras un tonto por comportarte de tal forma ¡Diviértete! Ya habrá más días para arrepentimientos y muchos otros para decir ¡Que va, lo hice y me sentí feliz!  Te invito a que duermas más de ocho horas y te quedes todo un día en pijama, te invito a que madrugues y veas el amanecer. Te invito a que no duermas y te vayas en vivo a cualquier lado, te invito a que te duermas temprano y veas lo rico que es dormir tus horas.
Te invito a que te enojes y saques toda tu furia en un fuerte grito. Te invito a que seas un antisocial y disfrutes de tu soledad. Te invito a que salgas con tus amigos a cualquier lugar, te invito a que convivas más con tu familia. Te invito a que te des la oportunidad de enamorarte y amar locamente, ya que es de la única forma en la que se puede disfrutar al amor. Te invito a que no tengas miedo y te entregues en cuerpo y alma por esa persona, al fin de cuentas ¿De qué sirve amar a medias?  Te invito que llores cuando quieras llorar y por los motivos que quieras hacerlo. No importa si es por una escena de una película, si es por un desamor, si es porque no pudiste ir o comparar aquello que tanto querías y/o en el peor de los casos (espero que sea por lo último que llores) La pérdida de un ser amado.
Llora por lo que tengas que llorar, y saca de ti eso que no te deja ser feliz. Te invito a que también llores de felicidad, que llores de tanto amor que sientes, que llores por entusiasmo, que llores por asombro, que llores incluso sin saber exactamente por qué.
Te invito a que escuches el género de música que más te guste, que repitas esa canción una y otra vez hasta que quedes harto de ella. A que bailes y hagas el ridículo por sentir la música en todo el cuerpo. Te invito a que bailes una pieza lenta y que lo hagas con la persona que te gusta o amas. Te invito a que comas aquello que tanto te gusta, que comas aquello que no te gusta, pero que le hace bien a tu salud. Te invito a que te des la oportunidad de probar nuevos alimentos. También te invito a que cocines y hagas tus propias creaciones. Te invito a que comas solo y que si comes en compañía, te invito a que seas compartido. Te invito a que des las gracias por los alimentos que estas ingiriendo y así mismo las manos que prepararon los mismos. Te invito a que te animes hacer eso que siempre has querido y que por una u otra cosa no lo has hecho. Te invito a que seas más extrovertido. Te invito a que seas más precavido. Te invito a no tener miedo. Te invito a que trabajes en algo que te gusta y que no lo hagas solo por dinero, y si lo haces por dinero, te invito que te escapes de vez en cuando lejos de ese martirio. Te invito hacer cambios en tu vida y en tu persona. Que no te quedes con ganas de hacerte ese corte de cabello, de teñírtelo o de hacerte ese tatuaje o piercing que tanto quieres. Recuerda que el que se hará el cambio eres tú, no aquella persona que te dice que no lo hagas. Te invito a que leas todos los libros que sean posibles, no importa el autor, el género o el número de páginas. Lee y piérdete un rato en la lectura. También te invito a que escribas. Que escribas sobre ti, sobre el clima, sobre lo que te duele o lo que te gusta, que escribas sobre tu vida y tus vivencias, que escribas sobre cualquier cosa, pero escribe. Te invito a que este año te fijes más en los pequeños detalles que te ofrece el mundo. Que mires a tú alrededor y disfrutes de las nubes, de los pájaros, de la lluvia y hasta del mal clima. Te invito a que te perdones. Que te perdones de aquello que no hiciste, que no dijiste. De aquello que hiciste o no hiciste. De aquello que paso o que no paso. Perdónate y amate que no hay ser más maravilloso que tú. Y así como te invito a que te perdones, perdona. Perdona aquello que te dijo o que no te dijo, que hizo o que no te hizo. No hay mejor regalo que el perdón, porque al fin de cuentas, al único que le hará daño cargar con eso, será a ti y a nadie más que a ti. Te invito a que te ames y dejes ese rencor que posiblemente alguna vez sentiste o sientes hacía ti. Amate física y mentalmente. Pues no hay otro ser humano que te iguale o se parezca a ti y eso te hace hermosamente perfecto. Te invito que este año no seas un estereotipo o un estigma más.  No importa tu sexo, tu género, tus preferencias, tus gustos, tu religión o nacionalidad. No seas lo que otros quieren y por primera vez, se lo que realmente te grita tu ser y tu espíritu.

Te invito a que vivas y no vayas en automático.

Pudiste con este año. Sé que podrás con el que viene.
¡FELICES FIESTAS!

lunes, 27 de junio de 2016

TE HE VISTO ANTES ♡
















Te he visto tantas veces, que incluso ya memorice tu rostro.
Te he visto con tanto amor, que pareciera más un recuerdo, que solo un sueño.
Te apareces en diferentes fechas. Incluso, en diferentes años.
La primera vez, aun estabas dentro mío. Y yo te miraba atenta a través del espejo.
Mi rostro era el mismo, solo con algunos años más y mi pansa estaba radiantemente redonda y grande. No paraba de sonreír, sabía que estabas ahí, no sabía tu sexo, sin embargo, ya te estaba amando con todas mis fuerzas.
No le tome mucha importancia al principio, pues era demasiado sub realista en ese momento.
Sin embargo, volviste a mí. Te volví a ver, solo que esta vez, ya no dentro de mi vientre.
Y me enamore profundamente.
Me sentía extrañamente protectora hacia a ti. Hacia tu frágil y delicado cuerpo.
 Entonces lo supe. Por primera vez, descubrí el amor verdadero al mirar tus grandes ojos brillantes, acompañados de unas hermosas pestañas largas.
Esa fue la primera vez que desperté amándote y extrañándote con demencia.
Sentía una extraña sensación de necesitar abrazarte.
Estábamos en un parque acuático.
Asustada me veías porque dudabas en aventarte del tobogán.
Recuerdo bien tu trajesito rosa y tu salvavidas transparente.
Te mire fijamente con una sonrisa amorosa y te dije que no tenías por qué preocuparte, pues tu padre te aguardaba al final del tobogán para tomarte.
Entonces, solo te sentabas y te adentrabas en el tobogán.
Llámame loca, pero ya te he tenido en brazos antes, ya te he  cuidado y por supuesto, ya te he amado.
Regresaste a mí, meses después.
Y con los mismos meses, ya habías crecido, sin embargo, aun perfecta para tomarte pequeña entre mis brazos.
Sentía claramente cómo te aferrabas a mi cuerpo y yo, como ponía mis manos sobre tu suave cabellera.
Incluso, aun puedo sentirte.
Te sentía segura entre mis brazos, lo supe al sentir tu suspiro en mi pecho.
Nuevamente, no duro tanto como hubiese deseado y al despertar te desvaneciste entre mis ojos con el sol entrando en ellos.
Volvió aquel sentimiento nostálgico de necesitarte en mi vida real.
Por ilógico y absurdo que parezca, te amo.
Anteriormente ya me habían asignado la tarea de cuidar de ti, de ser tu protectora, tu guía y tu mano amiga.
Y ahora, vienen a mí esos recuerdos perfectos tuyos. Y aunque te tardas en aparecer, ya vivo enamorada de ti.
Regresaste un año después.
Lucías distinta, pero aun eras tú.
Como olvidar aquellos ojos de hermosas pestañas largas.
Nos divertíamos bañándonos juntas en la regadera.
Tu sonrisa era inocente y tus ojos irradiaban una luz pura despreocupada.
Me mirabas como si fuese tu propio Dios y yo, como si fueras mi único motivo de estar viviendo.
Colocaba un poco de shampoo en tu cabello, jugábamos hacernos peinados ridículos y tu risa revoloteaba como ecos celestes en la pared.
Salimos y te cubrí con una toalla más grande que tú, te tome entre mis brazos, caminamos y… Te desvaneciste cruelmente.
No te he vuelto a ver, sin embargo no hay día en que no piense que volveré a verte.
No sé en qué vida, en que tiempo o en qué siglo te tuve.
No me rendiré.
Te encontrare nuevamente y te amare con las mismas o mayores fuerzas en esta y en todas las vidas en las que voy  a buscarte.

No te conozco físicamente, realmente…Solo vives en mis sueños y aunque este consiente que es totalmente surrealista cuando te tengo enrollada en mis brazos y te miro con el amor que tú me brindas en tu mirada, sé que fuiste mía y no quieres que te olvide (O al menos es algo que me gusta pensar)  Y te aseguro que algún día te encontrare…No…no te encontrare.
Sé que llegaras a mí, en esta o en otra vida y cuando lo hagas, prometo firmemente no soltar tu mano ni dejarte caer mientras creces.
Prometo darte pistas para que sepas por donde sí y por donde no caminar cuando confundida te encuentres en la vida.
Prometo recordarte lo asombrosa que eres cada día, para que jamás tengas duda de ello.
Prometo hacerte fuerte ante la tempestad, porque aunque no lo quiera, esta vida tiene toda una gama de colores que a lo largo del crecimiento se van mostrando, y cuando te toque conocer la gama de grises, sepas sacar lo mejor de cada situación y que sepas, que inclusive hay más que aprender de un fracaso que de una victoria, que caerse no es malo, que lo único malo sería encariñarse con el piso y para eso estaré yo, para enseñarte que a veces se necesita estar abajo para cuando estés arriba, disfrutes la vista como el mejor espectáculo que tendrás jamás.
Prometo no dejarte sola y que jamás te sientas sola

No te conozco aun, pero ya te amo como sé que ya lo hice alguna vez y como sé que lo hare algún día.

Para ti, la que aún no existes ni en mi vientre, ni en mi vida, pero que me vista en mis sueños y que aguarda en mi corazón.

No me rendiré.
Te encontrare nuevamente y te amare con las mismas o mayores fuerzas en esta y en todas las vidas en las que voy  a buscarte.

miércoles, 6 de enero de 2016

Se fue un año, pero con él llega otro.







Se fue un año, pero con él llega otro.
Golpes fuertes, risas agudas, llantos descontrolados, fuerza bruta, amor, desamor, caídas y levantones. Todo en un mismo año.
Un año se fue y con él se llevó todo lo bueno y malo que hubo en cada uno de sus meses.
Todos pasaron por distintas etapas, no hablare de todos en general, hablare de mí.
En este año hubo muchos cambios en mi vida, buenos y malos.
El amor se encontraba en una balanza. Había empezado bien y con un poco de tiempo todo se volteó y así mismo llego a su fin.
Fue ahí donde empezó el espectáculo más raro que jamás había vivido.
El empleo parecía bien, estaba, lo que llamamos, cómodo.
Laboralmente hablando, el ambiente era bueno.
Buenas personas llegaron a mi vida, buenas amistades y lindas compañías.
Los primeros meses estando en el nuevo empleo fueron extrañamente buenos, fue como si el empezar del año no hubiese lastimado y estaba en un error.
Solo colgaba de mi rostro una venda la cual no me dejaba mirar con claridad.
Auto engaño se le puede llamar.
Pasando los tres primeros meses, vino lo bueno y digo lo bueno porque las cosas se tornaron distintas.
Vi las cosas como realmente eran, ya nada era igual a lo que anteriormente conocía.
Golpe de realidad, lo llamo yo.
El aire soplaba en distintas direcciones y yo no encontraba mi rumbo.
Con el paso de tiempo cambie un poco mi forma de ser. Llámalo bueno, llámalo malo.
Yo le digo crecimiento personal ¿Madurez?
Claro que sí, al menos si más que antes de empezar este año viejo.
Es verdad que el tiempo pasa y todo cambia. A veces asusta como cambia todo tan repentinamente, asusta porque jamás lo idealizaste o si quiera pensaste que podría pasar.
Uno no va por la vida pensando que le va pasar algo desagradable, al contrario, uno va por ahí pensando que probablemente algo bueno le espera del día.
Y aunque muchas veces no sea así, debemos traer la frente en alto.
No digo que sonrías todo el tiempo, pues es cansado fingir una sonrisa cuando lo único que quisieras es llorar.
Sin embargo, si sonríes, le das un mensaje positivo a tu cerebro y las cosas irán mejor.
Por eso, no digo que este año que paso fue fácil para mí.
Fue duro al principio, seco poco después y poco a poco se suavizo, no de la misma manera en la que estaba acostumbrada, pero vaya que el tiempo ayuda a remediar daños colaterales del pasado.
El año nuevo dejo atrás a todo lo malo y lo bueno que el anterior dejo, te da una oportunidad de empezar de cero.
Todos empezamos de cero y no por eso no te vas a equivocar.
De eso se trata la vida, de equivocarte y de enderezarte.
Por eso te deseo un año mejor que el que paso.
Que empieces de cero, que te equivoques, te que endereces, peor que jamás vuelva sa cometer el mismo error que en el año pasado, paso.
Ve nuevo comienza con una sonrisa, porque lo bueno de los finales…
Es que puedes empezar de cero.